Días después de regresar de Ecuador, donde lamentablemente sólo pude estar seis días, llegaba la noticia de la decisión del periodista australiano Julian Assange, fundador de Wikileaks, de refugiarse en la embajada ecuatoriana en Londres para evitar ser extraditado a Suecia , y de allí a los Estados Unidos, la principal víctima de la verdad que Wikileaks ha sacado a la luz con decenas de miles de cables diplomáticos y de informaciones clasificadas que dejan en evidencia la arrogante actitud norteamericana hacia el resto del mundo , y la constante vulneración de los derechos humanos que comete esta poderosa potencia mundial con el visto bueno y la complicidad de gran número de estados occidentales.
Ningún periodista debería poner en duda el valor informativo de las informaciones publicadas por Wikileaks. La tarea del periodista consiste básicamente en eso, en investigar y hacer públicas informaciones que ayuden a los ciudadanos a entender el mundo, a conocer lo que ocurre a su alrededor, y sobre todo, y en este caso, a explicar lo que un gobierno hace en el su nombre y con su dinero, más aún cuando el gobierno lo oculta o miente. Es por ello que la ya habitual ignominiosa política exterior norteamericana, a pesar de haberse denunciado miles de veces durante décadas por su connivencia con dictaduras fascistas, golpes de estado, asesinatos masivos, torturas, conspiraciones varias, experimentos con seres humanos y barrabasadas diversas, no merece compasión ni pudor periodístico a la hora de publicar los secretos de sus alcantarillas. Todo lo contrario, lo que realmente es vergonzoso es que nunca haya pagado, ni siquiera pedido disculpas por todo lo que ha hecho. Y no hablo del pueblo estadounidense y del resto de ciudadanos de los países serviles, víctimas también de sus gobernantes, sino de los responsables de esta ingeniería política, interior y exterior, que pone en riesgo cada día y en cada rincón del planeta la democracia, los derechos humanos y la convivencia pacífica entre pueblos.
Con los recientes antecedentes de la agresión contra Irak, un país deshecho por una guerra impulsada por la administración Bush y patrocinada por las empresas ligadas a sus mantenedores, motivos no nos faltan por poner en duda toda versión oficial. El brillante periodista australiano Joh Pilger, premiado en internacionalmente en numerosas ocasiones y autor de geniales reportajes de guerra y documentales sobre política internacional, nos regaló un valioso documental sobre el papel de la prensa en la guerra. Un gran trabajo donde entrevista periodistas occidentales que no dudaron en ningún momento de la versión oficial sobre las razones de atacar Irak y Afganistán.
590 J P La guerra que usted no ve 1d2 per asambleademajaras_com
590 J P La guerra que usted no ve 2d2 per asambleademajaras_com
Uno de los casos descubiertos por Wikileaks que implican el anterior gobierno español de Zapatero fue la connivencia del ejecutivo del PSOE con la embajada norteamericana para forzar la Fiscalía a archivar el caso del cámara José Couso, asesinado por soldados de los Estados Unidos en Bagdad.
El diario EL PAÍS, que fue uno de los primeros medios que accedió a los cables de Wikileaks, publicaba abundante información sobre el caso, donde se descubría la complicidad de ministros y fiscales españoles que trataron de evitar los procesos por el caso Couso y por las torturas en Guantánamo, también denunciadas en la Audiencia Nacional. Aquí puede encontrar la recopilación de estas informaciones:
EE.UU. presionó a España para frenar causas judiciales como el 'caso Couso' o Guantánamo
Assange por tanto, no es ningún héroe, sino un periodista de verdad, activista si queréis también, pues un profesional de la información que busca evitar que la mentira se convierta en la versión única y oficial y que las violaciones de derechos humanos quedan impunes, es para mí un buen periodista. Aquel que no se deja intimidar, en este caso, por el gobierno más poderoso del planeta y sus aliados. Precisamente fue el Reino Unido quien años atrás acogió el dictador y genocida chileno Augusto Pinochet, buen amigo de la ex presidenta Margaret Tatcher, y que fue protegido por el gobierno inglés para evitar que fuera extraditado.
Evidentemente, no todos los periodistas piensan igual. La criminalización de Assange empieza a ser ya habitual en los medios occidentales, más aún cuando está siendo protegido por una república latinoamericana con un gobierno de izquierdas como Ecuador. Así, ahora hay dos blancos donde apuntar: el osado periodista y el insumiso gobierno de un país que no quiere ser nunca más colonia.
Como muestra, puede escuchar la entrevista que hizo el programa Dos Días Contigo de la Cadena COPE al subdirector del diario La Razón, Pedro Narváez, donde intervine también para defender, contra los argumentos de éste, el papel de Wikileaks:
Uno de los principales argumentos para defenestrar al gobierno ecuatoriano es la supuesta falta de libertad de expresión. De nuevo, el reiterado mito de la libertad de prensa en los países de América Latina gobernados por las izquierdas, donde la gran mayoría de medios son privados, en manos de grandes empresas con intereses diversos más allá de la información, y en el caso de Ecuador, representan cerca del 86%. Lo que no explican quienes acusan Ecuador de restringir la libertad de expresión es el caso concreto por el que se erige esta falsa acusación: la denuncia por injurias y calumnias del presidente Rafael Correa contra El Universo, uno de los diarios más poderosos del país, contrario al gobierno y propiedad de grandes grupos empresariales y financieros nada favorables a las políticas progresistas del gobierno. El diario acusaba Correa de graves delitos sin probarlos, un hecho que en cualquier país democrático también están sancionados. Parece que en América Latina la libertad de prensa pasa, según algunos, para dejar impunes delitos que aquí serían perseguidos.
Julian Assange entrevistó al presidente ecuatoriano Rafael Correa meses atrás por la cadena de televisión Russia Today, donde respondió diversas cuestiones relacionadas con la política exterior norteamericana y otros aspectos de la política interior ecuatoriana:
Assange y Correa, la esperada entrevista en RT
También la popular periodista de TVE actualmente apartada por el nuevo gobierno del PP, Ana Pastor, tuvo ocasión el pasado mes de marzo de entrevistar Correa. Durante la conversación, el presidente de Ecuador plantea importantes cuestiones sobre los medios de comunicación y la libertad de prensa:
El caso por el que acusan Correa de atacar la libertad de expresión fue el siguiente: Emilio Palacio, jefe de edición de la sección de opinión del diario El Universo, acusó en un artículo Rafael Correa de haber ordenado las fuerzas especiales disparar a discreción contra los policías amotinados en el Hospital de la Policía de Quito, donde estos retenían el Presidente contra su voluntad el 30 de septiembre de 2010. Entre los muertos y los heridos hubo militares que trataban de rescatar Correa y dos manifestantes partidarios del Presidente. Varios vídeos demuestran como los disparos ya comenzaron horas antes del rescate, efectuados por la policía rebelde que había secuestrado al presidente, contra los manifestantes que se acercaban para condenar el secuestro del mandatario. Palacio acusó Correa de delitos de Lesa Humanidad por esta supuesta orden de disparar sin aportar ninguna prueba, reiterándose incluso un año después ante medios internacionales.
Finalmente, Correa fue rescatado por las Fuerzas Especiales, pero su coche, así como su habitación del hospital donde fue recluido, fueron tiroteados por los agentes amotinados. Los medios de comunicación de la oposición, que son la gran mayoría, justificaban el intento del golpe de estado y reproducían la versión de Emilio Palacio. Tres responsables de los policías amotinados serían juzgados por los incidentes, pero el tribunal acabó absolviendo los mismos. El documental 'Ecuador: Una Conspiración Permanente', de la cadena latinoamericana TeleSur, explica detalladamente la historia:
Reportajes teleSUR : "Ecuador, conspiración... by TVideoBlog
La justicia ecuatoriana, al igual que absolvió a los responsables policiales del golpe, condenaría más adelante Emilio Palacio por injurias y calumnias. Aún así, el presidente Correa decidió perdonar la ofensa y renunciar a la indemnización que debería recibir según el tribunal, argumentando que sólo quería dejar en evidencia las malas prácticas periodísticas de quienes le acusaban de graves delitos sin aportar pruebas. Entonces Palacio marchó a vivir a Miami, desde donde sigue su campaña difamatoria contra el govern.La fundación CEPS escribió un informe al respecto muy interesante:
Un caso similar se dio durante el intento de golpe de estado contra Hugo Chávez en 2004, particularmente en torno a los sucesos de Puente Llaguno, donde antichavistas dispararon los partidarios de Hugo Chávez que se manifestaban contra el assonada. El caso fue presentado por el contrario, como si los chavistas hubieran disparado los opositores. El documental 'Puente Llaguno: claves de una masacre' desmonta la versión que los medios contrarios al presidente venezolano, también en nuestro país, difundieron.
Otro detalle que la prensa occidental obvia mencionar respecto a la libertad de expresión en Ecuador es el panorama mediático del país cuando se refieren a la nueva Ley de Comunicación que se prepara. El periodista Miguel Ángel Bastenier escribió al respecto el pasado 22 de agosto en el diario EL PAÍS "... una ley de Comunicación, coronada por un ente regulador y un reparto de Frecuencias que romperían en favor del gobernante lo precario equilibrio que Aún se mantiene Porque el presidente le faltan los escaños necesarios para aprobarla en el Senado. "Pero .. cuál es el reparto que plantea la nueva ley? 34% para medios comunitarios, 33% para medios públicos y 33% por medios privados. Y cuál es el reparto actual, según un informe de la UNESCO de marzo de 2011, y con un 'precario equilibrio' según el periodista del grupo PRISA? 83% propiedad privada, 17% propiedad pública, 0% propiedad comunitaria. 4 de cada 5 emisoras en manos privadas de la oposición es un precario equilibrio favorable al gobierno?
Cuando se produjo el intento de golpe de estado en Ecuador hacía tan sólo un año que había triunfado una operación similar en Honduras contra Manuel Zelaya, otro presidente de izquierdas que planteaba un giro en la política contrario a los intereses de la oligarquía que dominaba el país desde hacía décadas. En este caso, el papel de los medios de comunicación es digno de análisis, tal y como demuestra este documental 'Éramos invisibles':
Éramos Invisibles by Guarataro
Desde entonces, numerosos activistas de derechos humanos y afines a Zelaya están desaparecidos o han sido asesinados. Honduras ostenta ya el triste récord de periodistas asesinados desde el golpe de estado.
Una de las características de la prensa occidental, y también de los medios de derechas latinoamericanos es presentar los eventos sin contextualización, obviando la historia reciente de América Latina, castigada por 500 años de colonialismo y que ha sufrido el terror de las dictaduras patrocinadas por Occidente y por las oligarquías nacionales. Los recursos de América Latina continúan siendo un inmenso valor que corre peligro si los nuevos gobiernos de izquierda deciden utilizarlos para su propio pueblo en vez de malvendre'ls a las oligarquías y las multinacionales occidentales. Alguien duda que estos harán todo lo posible para mantener sus privilegios y deshacerse de los gobiernos progresistas contrarios a sus intereses? Si con el tiempo hemos descubierto que en Irak no había armas de destrucción masiva y que las pruebas fueron falseadas, porque ponemos en duda que puedan estar empleando toda la maquinaria de guerra (mediática, cultural y política) contra los nuevos gobiernos de izquierdas de América?
Varios personajes públicos estadounidenses, sin embargo, se esfuerzan en mostrar una constante disconformidad con las políticas que en nombre de su pueblo ejecutan los sucesivos gobiernos de la poderosa potencia. Hace poco, el actor Sean Penn se unía semanas atrás en la caravana electoral de Hugo Chávez para mostrar su apoyo, como ya hizo el mítico actor de la saga 'Arma Letal' Danny Glober, destacado activista por los derechos humanos y contra la guerra de Irak. Pero también el brillante director Oliver Stone, que ya nos alertó sobre el papel de los servicios secretos de Estados Unidos a las dictaduras latinoamericanas en el filme 'Salvador' (1986), quiso dar voz a los gobiernos de izquierdas latinoamericanos, demonizados sin piedad por los medios occidentales. Así que decidió entrevistar a todos aquellos presidentes malditos y recoger sus testimonios en un excelente documental titulado 'Al Sur de la Frontera' (2010):
Las contradicciones de un estado que pretende ser el faro de los derechos y libertades también son cuestionadas constantemente por otro gran documentalista estadounidense, el polémico Michael Moore, que dejó en evidencia su gobierno tanto en el caso del 11 de Septiembre con el documental 'Fahrenheit 9/11' (2004) como con el imprescindible 'Sicko' (2007), que mostraba las vergüenzas del sistema sanitario de su país, poniendo el dedo en la llaga comparándolo con el enorme gasto militar del gobierno estadounidense y con la sanidad gratuita que se ofrece en Cuba:
Volviendo pero el caso que nos ocupa, Wikileaks y Ecuador, nos encontramos con otras informaciones curiosas: según varios medios, Anna Ardin, una de las dos mujeres que acusa a Assange de practicar sexo sin preservativo (considerado una agresión sexual en Suecia, a pesar de que haya consentimiento), ha sido vinculada desde hace años con la disidencia cubana y con organizaciones cercanas a los servicios secretos de Estados Unidos. El diario Público, en su noticia titulada 'Españoles, Suecos y mexicanos van a Cuba a financiar a la disidencia', recogía las declaraciones del opositor cubano Manuel Cuesta Muroa, que reconocía la participación de Anna Ardin en actividades desestabilizadoras en la isla:
Assange Accuser Worked with US-Funded, CIA-Tied Anti-Castro Group
Por otra parte, el periódico inglés The Mail On Sunday mostraba hace escasos días una fotografía de Julian Assange junto a una de las dos mujeres que lo acusan de agresión sexual, dos días después del presunto abuso, sonriendo a su lado. En la foto aparecen también el fundador del Partido Pirata sueco, Rickard Falkvinge, y su compañera Anna Troberg, que defienden la inocencia de Assange en este caso.
Supuesta víctima de Assange sonríe con él en foto después del presunto delito
Con todo ello, el guión de este thriller algún día será llevado a la gran pantalla. Y habrá que analizar cómo, a pesar de la importancia de las informaciones reveladas por Wikileaks, la atención mediática ha acabado derivando en asuntos accesorios como la política ecuatoriana, los enredos sexuales de Assange, o la supuesta seguridad comprometida con la publicación de los trapos sucios de los servicios secretos, dejando de lado lo que realmente debería escandalizar más que otra cosa la opinión pública: la guerra sucia de la CIA, los servicios secretos estadounidenses y occidentales contra las libertades y los derechos humanos en todo el mundo.
Aun así, la deriva del caso nos ha servido para hablar de este nuevo actor internacional cada vez más unido y menos subordinado que es América Latina, que con todas sus contradicciones y retos que tiene aún por delante, merece mostrarse al mundo sin la pátina colonialista que le ha cubierto hasta ahora.
*Rescato un artículo que publiqué hace unos meses sobre los avances sociales en l'America Latina:
Versión original en catalán: La lliçó llatinoamericana
'La lección latinoamericana'
versión en castellano publicada por Rebelión
La lección latinoamericana
'Sólo un golpe de
Estado ha conseguido echar a Hugo Chávez del poder en Venezuela. La
situación había alcanzado tal grado de deterioro que este caudillo
errático ha recibido un empujón. El ejército, espoleado por la calle, ha
puesto fin al sueño de una retórica revolución bolivariana
encabezada por un ex golpista que ganó legítimamente las elecciones
para, convertirse desde el poder en un autócrata peligroso para su país y
el resto del mundo.'
No es la sinopsis de ningún thriller político, ni ningún augurio de un vidente. Es el principio de la editorial de El País del 13 de abril de 2002, titulada 'Golpe a un Caudillo', cuando el presidente Hugo Chávez fue secuestrado por militares golpistas que colocaron al frente del gobierno al presidente de la patronal venezolana, Pedro Carmona. Hacía tiempo que la oligarquía venezolana trataba de hacer tambalear el gobierno bolivariano, promoviendo huelgas (si, la patronal convocando huelga ...) e incitando a la revuelta a través de la mayoría de los medios de comunicación del país, privados y en manos de la oposición. La revuelta fue encabezada por la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), la cúpula de la Iglesia Católica, la Universidad Católica y la Confederación de Trabajadores de Venezuela, un sindicato antichavista financiado por la National Endowment for Democracy , fundación estadounidense de la era Reagan, que según el New York Times, se creó para hacer públicamente lo que la CIA no podía hacer, es decir, financiar todos aquellos grupos de América Latina serviles a las políticas de EEUU .
Finalmente, militares fieles a la democracia y decenas de miles de personas venidas desde las barriadas pobres de Caracas, como han recreado los raperos Area23 del barrio del 23 de Enero en este magnífico videoclip, consiguieron hacer retroceder a los golpistas y devolver el orden democrático al país, pese a los intentos posteriores de manipular los acontecimientos por parte de la prensa nacional e internacional contraria al gobierno bolivariano, y que culpó los chavistas de disparar a manifestantes opositores, una versión ya desmontada, entre otros, por el documental 'Puente Llaguno , claves de una masacre'. El papel de los medios, fundamental para promover y justificar el golpe, fue magistralmente analizado por la Red Nacional de Investigadores de la Comunicación en este informe de 2005 titulado 'El rol de los medios en el golpe de estado en Venezuela' (Argentina, 2005).
Hace ya 10 años de aquel golpe de Estado aplaudido por medios supuestamente 'progresistas' como El País, una versión (y emoción) que no se alejaba nada de la que mostraban Bush y Aznar. Y curiosamente, 10 años después, nos encontramos con un panorama que deja en evidencia la quiebra de Occidente frente al crecimiento imparable de América Latina en todos los sentidos, a pesar de que entonces El País afirmaba que "el régimen chavista ha sido tan desastroso que ni siquiera ha sabido gestionar con eficacia esta riqueza nacional ".
Esta supuesta ineficacia ha llevado a que, hoy día, mientras en el estado español recibimos cada viernes la noticia de una nueva medida de ahorro por parte del Gobierno que recorta cada vez más los servicios y las libertades públicas, en Venezuela se anunció hace pocos días la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, se decretó el doble de indemnización para los trabajadores despedidos sin justificación, y la inamovilidad laboral de dos años para los padres y permiso pre y post natal de seis y veinte semanas para el padre y la madre, toda una serie de reformas de la nueva Ley Orgánica del Trabajo.
También parece 'catastrófica' la situación en Bolivia, que ha aumentado el salario mínimo un 127% en 7 años, y ha reducido la edad de jubilación de los 65 a los 58 años, dejándola en 56 para los mineros. Y poco se conoce de las conquistas en derechos de los pueblos indígenas y en la lucha contra el racismo, una lacra clasista que retratan muy bien los documentales Guerreros del Arco Iris (Humana - La Taguara, 2007) y el más reciente Bolivia en pie (Unai Aranzadi, 2009), o la película También la lluvia (Icíar Bollaín, 2010).
Primero Argentina con YPF y ahora Bolivia con REE, y de nuevo El País dando lecciones en la editorial: 'Morales y su Gobierno han actuado al margen de las reglas que ordenan el respeto a la propiedad y el ordenamiento jurídico internacional'. Como si el grupo PRISA no tuviera ningún otro interés que el respeto a las normas (como demostró en la editorial favorable al golpe de estado en Venezuela en 2002) y no hubiera en juego ningún interés comercial. Sería muy inocente creer que PRISA, con intereses bien atados con otros grupos económicos españoles como Repsol, Iberdrola o el BBVA, no tuviera en cuenta lo que dice ante las recientes políticas de nacionalización. El periodista valenciano Pascual Serrano ya hablaba en 2009 de los intereses de este grupo mediático en un artículo sobre los medios de comunicación en Bolivia. Sólo hay que atar cabos. No es de extrañar pues que los sucesivos golpes de estado en Honduras y Ecuador (este último fallido) contra sus presidentes de izquierdas, El País utilizara eufemismos como "detenciones del presidente" en el caso hondureño o "rebelión policial" sobre Ecuador.
La selección de noticias de la prensa española sobre América Latina es bastante significativa. Mientras encontramos abundantes referencias a supuestas crisis y tics autoritarios en los países gobernados por las izquierdas, tildados despectivamente de 'populistas', es difícil encontrar detalles sobre los recientes asesinatos de dirigentes campesinos o políticos de izquierdas en Colombia, un país donde se producen el 60% de los asesinatos de sindicalistas de todo el mundo, y donde la connivencia del gobierno con los paramilitares de extrema derecha y la vergonzosa impunidad de sus crímenes ha sido denunciada en numerosas ocasiones por organizaciones de derechos humanos y periodistas, como Juan José Lozano y Hollman Morrisde el documental Impunity.
Tampoco encontramos demasiadas referencias a Honduras, donde una vez consumado el golpe contra Zelaya e impuesto el nuevo gobierno simpático para Washington de Porfirio Lobo (2010), han sido asesinados casi una veintena de periodistas. Imaginad que esto hubiera pasado en Venezuela. Claro, allí dicen que no hay libertad de expresión y que Chávez lo controla todo, una mentira desmontada, entre otros, por el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Pompeu Fabra, Vicenç Navarro en un artículo en el diario Público, donde afirma que allí hay más pluralidad en los medios que en el Estado español. En realidad, sólo hay que ir allí y enchufar la televisión para comprobar cómo los numerosos canales privados son la mayoría el doble de agresivos que Intereconomía.
Lamentablemente, la imagen que los gobiernos de izquierdas de América tienen en el Estado sigue siendo la que los principales medios quieren transmitir. Demasiada gente aplaudió al rey español cuando sacó su vena colonial contra Chávez con el famoso '¿porqué no te Callas?', pero poca gente sabe lo que pasó minutos antes, cuando el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, le sacaba los colores al monarca, a Moratinos y a Zapatero. Pero no deja de ser significativo que un vestigio feudal del viejo continente, designado por un dictador fascista, mande callar al presidente de una antigua colonia elegido democráticamente. Y fruto de esta mentalidad colonial, el posterior aplauso de la masa patriótica, porque el blanco hizo callar al osado indígena.
Los medios y los periodistas podemos ser el mejor y el peor aliado del poder. Ayer, Día Mundial de la Libertad de Prensa, muchos nos preguntábamos si el periodismo sigue siendo una herramienta al servicio de la sociedad, o más bien al servicio de las sociedades que lo poseen. Y no encuentro mejor manera de homenajear la profesión que recomendando la entrevista de Karlos Zurutza al periodista vasco Unai Aranzadi, donde dejó grabada una gran frase para la historia, y que podría aplicarse a la mayoría de los grupos de comunicación que hoy en día controlan el 90% de las informaciones que consumimos: hay más verdades en un disco de Calle13 que en todo el grupo PRISA.
No es la sinopsis de ningún thriller político, ni ningún augurio de un vidente. Es el principio de la editorial de El País del 13 de abril de 2002, titulada 'Golpe a un Caudillo', cuando el presidente Hugo Chávez fue secuestrado por militares golpistas que colocaron al frente del gobierno al presidente de la patronal venezolana, Pedro Carmona. Hacía tiempo que la oligarquía venezolana trataba de hacer tambalear el gobierno bolivariano, promoviendo huelgas (si, la patronal convocando huelga ...) e incitando a la revuelta a través de la mayoría de los medios de comunicación del país, privados y en manos de la oposición. La revuelta fue encabezada por la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), la cúpula de la Iglesia Católica, la Universidad Católica y la Confederación de Trabajadores de Venezuela, un sindicato antichavista financiado por la National Endowment for Democracy , fundación estadounidense de la era Reagan, que según el New York Times, se creó para hacer públicamente lo que la CIA no podía hacer, es decir, financiar todos aquellos grupos de América Latina serviles a las políticas de EEUU .
Finalmente, militares fieles a la democracia y decenas de miles de personas venidas desde las barriadas pobres de Caracas, como han recreado los raperos Area23 del barrio del 23 de Enero en este magnífico videoclip, consiguieron hacer retroceder a los golpistas y devolver el orden democrático al país, pese a los intentos posteriores de manipular los acontecimientos por parte de la prensa nacional e internacional contraria al gobierno bolivariano, y que culpó los chavistas de disparar a manifestantes opositores, una versión ya desmontada, entre otros, por el documental 'Puente Llaguno , claves de una masacre'. El papel de los medios, fundamental para promover y justificar el golpe, fue magistralmente analizado por la Red Nacional de Investigadores de la Comunicación en este informe de 2005 titulado 'El rol de los medios en el golpe de estado en Venezuela' (Argentina, 2005).
Hace ya 10 años de aquel golpe de Estado aplaudido por medios supuestamente 'progresistas' como El País, una versión (y emoción) que no se alejaba nada de la que mostraban Bush y Aznar. Y curiosamente, 10 años después, nos encontramos con un panorama que deja en evidencia la quiebra de Occidente frente al crecimiento imparable de América Latina en todos los sentidos, a pesar de que entonces El País afirmaba que "el régimen chavista ha sido tan desastroso que ni siquiera ha sabido gestionar con eficacia esta riqueza nacional ".
Esta supuesta ineficacia ha llevado a que, hoy día, mientras en el estado español recibimos cada viernes la noticia de una nueva medida de ahorro por parte del Gobierno que recorta cada vez más los servicios y las libertades públicas, en Venezuela se anunció hace pocos días la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, se decretó el doble de indemnización para los trabajadores despedidos sin justificación, y la inamovilidad laboral de dos años para los padres y permiso pre y post natal de seis y veinte semanas para el padre y la madre, toda una serie de reformas de la nueva Ley Orgánica del Trabajo.
También parece 'catastrófica' la situación en Bolivia, que ha aumentado el salario mínimo un 127% en 7 años, y ha reducido la edad de jubilación de los 65 a los 58 años, dejándola en 56 para los mineros. Y poco se conoce de las conquistas en derechos de los pueblos indígenas y en la lucha contra el racismo, una lacra clasista que retratan muy bien los documentales Guerreros del Arco Iris (Humana - La Taguara, 2007) y el más reciente Bolivia en pie (Unai Aranzadi, 2009), o la película También la lluvia (Icíar Bollaín, 2010).
Primero Argentina con YPF y ahora Bolivia con REE, y de nuevo El País dando lecciones en la editorial: 'Morales y su Gobierno han actuado al margen de las reglas que ordenan el respeto a la propiedad y el ordenamiento jurídico internacional'. Como si el grupo PRISA no tuviera ningún otro interés que el respeto a las normas (como demostró en la editorial favorable al golpe de estado en Venezuela en 2002) y no hubiera en juego ningún interés comercial. Sería muy inocente creer que PRISA, con intereses bien atados con otros grupos económicos españoles como Repsol, Iberdrola o el BBVA, no tuviera en cuenta lo que dice ante las recientes políticas de nacionalización. El periodista valenciano Pascual Serrano ya hablaba en 2009 de los intereses de este grupo mediático en un artículo sobre los medios de comunicación en Bolivia. Sólo hay que atar cabos. No es de extrañar pues que los sucesivos golpes de estado en Honduras y Ecuador (este último fallido) contra sus presidentes de izquierdas, El País utilizara eufemismos como "detenciones del presidente" en el caso hondureño o "rebelión policial" sobre Ecuador.
La selección de noticias de la prensa española sobre América Latina es bastante significativa. Mientras encontramos abundantes referencias a supuestas crisis y tics autoritarios en los países gobernados por las izquierdas, tildados despectivamente de 'populistas', es difícil encontrar detalles sobre los recientes asesinatos de dirigentes campesinos o políticos de izquierdas en Colombia, un país donde se producen el 60% de los asesinatos de sindicalistas de todo el mundo, y donde la connivencia del gobierno con los paramilitares de extrema derecha y la vergonzosa impunidad de sus crímenes ha sido denunciada en numerosas ocasiones por organizaciones de derechos humanos y periodistas, como Juan José Lozano y Hollman Morrisde el documental Impunity.
Tampoco encontramos demasiadas referencias a Honduras, donde una vez consumado el golpe contra Zelaya e impuesto el nuevo gobierno simpático para Washington de Porfirio Lobo (2010), han sido asesinados casi una veintena de periodistas. Imaginad que esto hubiera pasado en Venezuela. Claro, allí dicen que no hay libertad de expresión y que Chávez lo controla todo, una mentira desmontada, entre otros, por el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Pompeu Fabra, Vicenç Navarro en un artículo en el diario Público, donde afirma que allí hay más pluralidad en los medios que en el Estado español. En realidad, sólo hay que ir allí y enchufar la televisión para comprobar cómo los numerosos canales privados son la mayoría el doble de agresivos que Intereconomía.
Lamentablemente, la imagen que los gobiernos de izquierdas de América tienen en el Estado sigue siendo la que los principales medios quieren transmitir. Demasiada gente aplaudió al rey español cuando sacó su vena colonial contra Chávez con el famoso '¿porqué no te Callas?', pero poca gente sabe lo que pasó minutos antes, cuando el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, le sacaba los colores al monarca, a Moratinos y a Zapatero. Pero no deja de ser significativo que un vestigio feudal del viejo continente, designado por un dictador fascista, mande callar al presidente de una antigua colonia elegido democráticamente. Y fruto de esta mentalidad colonial, el posterior aplauso de la masa patriótica, porque el blanco hizo callar al osado indígena.
Los medios y los periodistas podemos ser el mejor y el peor aliado del poder. Ayer, Día Mundial de la Libertad de Prensa, muchos nos preguntábamos si el periodismo sigue siendo una herramienta al servicio de la sociedad, o más bien al servicio de las sociedades que lo poseen. Y no encuentro mejor manera de homenajear la profesión que recomendando la entrevista de Karlos Zurutza al periodista vasco Unai Aranzadi, donde dejó grabada una gran frase para la historia, y que podría aplicarse a la mayoría de los grupos de comunicación que hoy en día controlan el 90% de las informaciones que consumimos: hay más verdades en un disco de Calle13 que en todo el grupo PRISA.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada